martes, 17 de noviembre de 2009

BEHOBIA-SAN SEBASTIÁN, una prueba para colosos (Domingo, 8 de noviembre de 2009)

El sábado, víspera de la carrera, cuando llegamos a San Sebastián a eso de las 20,00 horas, el tiempo hacía presagiar que al día siguiente estaría parecido y que la carrera sería muy dura. Lo que no imaginaba yo es que fuera tan dura (a pesar de que fui como espectador). Artemio, al igual que en la edición anterior, me invitó para que lo acompañara. A las 7 de la mañana del domingo me asomé al balcón de la habitación, desde donde se divisaba en primer plano toda la bahía, y la estampa no podía ser más impresionante. La playa estaba literalmente desaparecida, pues las olas de un mar embravecido llegaban hasta la barandilla de La Concha. Artemio salió del hotel para encontrarse con sus compañeros y realizar juntos el viaje que los llevaría a Behobia. Yo, algo más tarde, a eso de las 10, salí hacia El Kursaal, que era la zona por donde quería verlo llegar. Estando allí, aterido de frío, totalmente empapado de agua de medio cuerpo para abajo y luchando para que el viento huracanado no me hiciera perder el equilibrio, empezaron a llegar los elegidos, de uno en uno. Primero, el salmantino Rafa Iglesias, que en esta ocasión destronó al madrileño Chema Martínez, y ya a intervalos, otros corredores. En seguida pude ver muy bien, aunque iba rodeada, a María José Pueyo, que fue la vencedora en mujeres. Me alegró verla por aquello de la cercanía de residencia. El tiempo iba tan a peor, que decidí irme hacia la meta que estaba relativamente cerca y al poco tomé contacto con Artemio, que estaba ya en el hotel dándose una merecida ducha. Una vez reunido todo el grupo, hubo unanimidad en que dada la climatología, la carrera había resultado durísima. Artemio estaba muy satisfecho del tiempo logrado y de como había llegado, a pesar de la caída que sufrió en unas vías, a su paso por Pasajes.

sábado, 14 de noviembre de 2009

viernes, 13 de noviembre de 2009

MARATHON DES SABLES, una prueba especial por las arenas del desierto del Sahara, para deportistas especiales.




Cuando varios meses antes me comentó Artemio que se había inscrito en esta prueba y me fue pormenorizando los detalles de dónde se corría y en qué consistía (confieso que hasta ese momento no había oido hablar de ella) lo escuché con cierto escepticismo, pues aunque sabía que llevaba mucho tiempo entrenando muy duro y participando en medias maratones y otro tipo de pruebas, y también sabía de su constancia y espíritu de sacrificio para saber sufrir a esos niveles, ésta me pareció que excedía en mucho la capacidad que yo, aunque sea mi hijo, le atribuía para afrontar una "aventura" así. Afortunadamente, el tiempo y su actuación, me quitaron la razón. No solamente la corrió, si no que la terminó en el puesto 201, a pesar de haber sido penalizado en una de las etapas. En la prueba participaron más de 850 y terminaron 770. El otro aragonés que también participó, no pudo terminarla. Cuando semana y media antes, a media mañana lo despedí en la estación del Ave de Zaragoza, que lo llevaría a Madrid para luego ir a Casablanca, ya supuse que todo le iba a ir bien, pues se le veía con un entusiasmo y unas ganas de empezar a correr, realmente envidiables. Las sensaciones que me transmitió esa mañana en la estación, me hicieron intuir que dejaría el apellido a gran altura y que todos nos sentiríamos orgullosos de su gesta. Y así fue. A su vuelta a esa misma estación del Ave, de la que partió, le esperábamos los familiares más allegados, entre ellos su esposa e hijos pequeños, que miraban con curiosidad la cara de cansancio que su padre mostraba a la cámara de tv que le estaba filmando en la entrevista. También acudieron a recibirlo muchos de los compañeros que corren y entrenan con el y otros amigos, que aunque ajenos a este deporte, quisieron testimoniarle su afecto y su admiración por lo logrado.